La Lima de Pariacaca
Apu Pariacaca 5800 msnm |
Encuentros, reencuentros[1]
Definitivamente los Juegos
Panamericanos nos han dejado diversas sensaciones positivas de orgullo, la inauguración,
la clausura y el desempeño de nuestros atletas han canalizado una fuerza que
teníamos guardada como país. Considero que esto no ha terminado con la
finalización de los Juegos Panamericanos, han quedado algunas cosas que es
necesario que sigamos explorando y reconociendo, una de ellas es la figura del
Apu Pariacaca, elemento cultural e histórico que fue utilizado como marco de la
presentación de nuestras expresiones culturales en la inauguración de los
Juegos.
Para conocer sobre el Apu
Pariacaca y toda la cosmología que se desenvuelve a su alrededor es necesario
referirnos al Manuscrito de Huarochirí, nuestra biblia regional escrita en
Quechua, cuyos traductores más conocidos son José María Arguedas (y del cual
toma la idea para su título de “El zorro de arriba y el zorro de abajo) y por el
francés Gerald Taylor.
Mi
primer acercamiento a este Manuscrito no fue en el colegio, como creo que
debería ser en el futuro, fue en el pregrado en la universidad, pero no fue
hasta los estudios en la Maestría de Antropología, en el magnífico curso del profesor
Luis Millones en que se nos propuso a los estudiantes realizar una lectura y
análisis completo del Manuscrito de Huarochirí. La importancia de este texto es
así resumida por el profesor Millones:
“El texto está redactado enteramente en quechua y constituye uno de los más importantes documentos para acercarse a la cosmovisión andina del siglo XVI. Se le ha volcado en varios idiomas, además de la traducción que hizo al alemán el propio Trimborn. En español tenemos tres versiones, empezando por la que hizo José María Arguedas en 1966. Gerald Taylor y George L. Urioste también nos han entregado sus interpretaciones, que no necesariamente coinciden entre sí o con la de Arguedas. Sin embargo, todas ellas nos muestran las dificultades de lidiar con una lengua tan diferente al español y, sobre todo, con un texto cuya naturaleza –similar a la Biblia, el Popol Vuh o el Corán–, es el conjunto de relatos sagrados que una civilización presenta como el regalo y mandato de sus dioses. Hay que agregar que, a diferencia de las versiones de las crónicas de los siglos XVI y XVII que en general siguen el patrón sustentado por las declaraciones de la nobleza imperial incaica, el Manuscrito de Huarochirí nos ofrece un conjunto de relatos en los que ni el sol ni los incas tienen una supremacía sobre las deidades mencionadas en el documento. Una primera explicación nace de los límites geográficos donde sucede la mayoría de los acontecimientos narrados: la cadena de montañas que limitan la sierra de los departamentos de Lima y Junín, específicamente del nevado de Pariacaca, hasta la costa del Pacífico. Este espacio, muy lejano del Cusco y de la clase gobernante, explica en cierta forma el tratamiento que se hace de los incas o de su panteón oficial (y su rol no es especialmente feliz).[2]
Camino a Huarochirí |
Así,
fue realmente fascinante sumergirse en la genealogía de personajes diversos,
tratar de reconocer lugares/ciudades que aún existen y entender la historia de
la creación del mundo a través de los relatos anónimos recogidos por el sacerdote Francisco de Avila en el siglo XVI. Aún conservo mis
anotaciones y mis “filminas” para exponer la genealogía del Manuscrito.
En ese momento es cuando comienza la idea personal para mi tesis doctoral, intentar descubrir si en la actualidad aún persisten muchas de las tradiciones (fiestas, leyendas, mitos) en las poblaciones actuales de la zona que abarca el Manuscrito y es con (y gracias a) este proyecto que me embarco a Barcelona a estudiar mi Doctorado en Antropología Social y Cultural. Lamentablemente la beca no permitía salidas fuera de España por más de un mes, por lo que tuve que cambiar de zona de trabajo y de alguna manera de tema, y mi proyecto quedó ahí guardado con pocas actualizaciones a lo largo de esos años.
En ese momento es cuando comienza la idea personal para mi tesis doctoral, intentar descubrir si en la actualidad aún persisten muchas de las tradiciones (fiestas, leyendas, mitos) en las poblaciones actuales de la zona que abarca el Manuscrito y es con (y gracias a) este proyecto que me embarco a Barcelona a estudiar mi Doctorado en Antropología Social y Cultural. Lamentablemente la beca no permitía salidas fuera de España por más de un mes, por lo que tuve que cambiar de zona de trabajo y de alguna manera de tema, y mi proyecto quedó ahí guardado con pocas actualizaciones a lo largo de esos años.
El
año 2013 fue cuando me reencuentro con el Manuscrito, la
Universidad Católica, conjuntamente con el IFEA organizó el Simposio
internacional “El Manuscrito quechua de Huarochirí, circa 1608”, el que
congregó a investigadores de diversos países. Se presentaron estudios diversos
sobre el Manuscrito, desde el ámbito arqueológico, lingüístico, histórico, etc.
y una de las presentaciones más importantes fue la de Gerald Taylor[3].
Demostrándose así la gran importancia que aún tiene el Manuscrito y la riqueza
que alberga en diversos ámbitos de las ciencias no solo sociales.
Pero
no fue hasta ese 2013 que gracias al trabajo en el área de Participación
Comunitaria del Qhapaq Ñam que me reencuentro con Huarochirí como zona, el
grupo había estado trabajando un interesantísimo proyecto sobre “Valoración del
patrimonio cultural y percepciones sobre el turismo. Estudio en el Distrito de
Huarochirí”[4],
ya se había realizado la mayoría del trabajo de campo y desarrollado buena
parte del trabajo de gabinete, quedaba pendiente la validación del documento de
trabajo con la propia población (modalidad desarrollada en todas las actividades
realizadas por el Área: el involucramiento de las comunidades hasta el final de
los proyectos, acuerdos, etc.). Así emprendí, junto con otros compañeros, el viaje
a Huarochirí, recordando el Manuscrito y tratando de identificar en el camino
esos lugares que habían recorrido Cuniraya Huiracocha, Pariacaca, Chaupiñamca,
entre otros personajes.
En el camino el Apu Pariacaca
aparecería lejano (la foto al inicio del texto así lo demuestra), y si bien forma parte del imaginario de los pobladores de
Huarochirí (debido a que el Camino Inca que llevaría hacia el Apu pasa por
Huarochirí), este no forma parte del distrito
de Huarochirí.
El
Apu Pariacaca está ubicado en la comunidad de Huachipampa en el distrito de San
Lorenzo de Quinti, provincia de Huarochirí y en la comunidad de Tanta,
provincia de Yauyos, ambas en la región Lima, formando parte de la Reserva
Paisajística Nor Yauyos.
No escribo este texto con la intención de profundizar en el tema del Pariacaca o del Manuscrito o de los avances de mi proyecto (que sigue poco a poco!!), sino que considero que el hecho que el Apu Pariacaca haya hecho su apoteósica aparición en la capital del Perú es una buena oportunidad para conocer, entender y analizar la situación de otras ciudades con las que la capital comparte región. Comprender, conocer y apreciar esa Lima serrana de la cual vivimos literalmente de espaldas, a pesar que ese Apu tutelar nos conectaba desde tiempos ancestrales (entre otras cosas, la directa relación con Pachacamac y otras deidades así lo demuestra)[5].
Tan
lejos, tan cerca
Una de
las cosas que más me llamó la atención del viaje a Huarochirí fue el mal estado
del camino, es realmente un camino peligroso de una sola vía, lleno de curvas,
abismos y túneles que impiden muchas veces la visión. Pareciera que las
autoridades olvidaron este importantísimo lugar, y da la impresión que
estuviéramos a miles de kilómetros de la Capital, cuando en realidad no es así.
Camino a Huarochirí |
No se nota la trocha |
Una sola vía
|
A pesar de ello buses lo cruzan
cuatro días a la semana (por lo menos en ese año), llevando y trayendo
pasajeros y mercancías, un viaje que dura aproximadamente cinco horas, aunque
se puede tardar hasta ocho debido a lo accidentado del camino.
La importancia cultural de Huarochirí
no solo está vinculada al Manuscrito de Huarochirí, un tramo importante del
Camino Inca se encuentra en este distrito, formando parte del tramo Xauxa Pachacamac,
que a la vez forma parte del camino hacia el Pariacaca, además conserva
múltiples complejos arqueológicos como Suni, Chuicoto, entre otros.
La extirpación de idolatrías
llegó con la Colonia, y fue aplicada con fuerza en la zona de Huarochirí, pero
también promovió actos de rebelión de personajes como Juan Cajahuamán, tal como
lo señala Rosario Pajuelo Montes en su estudio sobre el ex centro educativo N0
443 de Huarochirí:
“Las crónicas de esa época permiten deducir
que hacia 1697 la educación promovida por la religión pudo haber tenido su
máxima influencia en Huarochirí: una denuncia hacia los indios por mantener
culto a sus dioses tradicionales dan inicio a varias campañas de extirpación de
idolatrías para destruir cualquier rezago de la religión andina (Orrego, 2005).
Los efectos de esta herramienta de opresión se vieron años más tarde, cuando,
en 1750, Francisco Inka se rebeló contra los abusos de las autoridades
virreinales; años después le siguieron Juan Cajahuamán2 y el montonero Ninavilca3 (Tello,
2011). La resistencia y la lucha marcarían una de las características del huarochirano
de esos tiempos, lo que pudo haber provocado la intensificación de una
educación centrada en la dominación.”[6]
Huarochirí es también lugar de
nacimiento de Julio César Tello, el padre de la arqueología peruana, y en su
recuerdo hay una placa en la casa donde nació y la decoración de la plaza
principal tiene una estatua y varias representaciones vinculadas a la cultura
Chavín.
El patrimonio monumental y arquitectónico también
tienen importantes referentes en este distrito, cuya área urbana fue declarada
en 1986 como Patrimonio Cultural de la Nación, destacando la Plaza Central, la
Iglesia Santísima Virgen de la Asunción y el local del Colegio No 443, también conocido como Patio de
Honor, una de las edificaciones más importantes del distrito y que guarda una
historia fascinante tal como la desarrolla Rosario Pajuelo Montes en su trabajo:“La Recuperación
Participativa de La Historia y la Memoria para el Uso Social Del Patrimonio
Huarochirano: El Caso Del Ex Centro Educativo N°443”[7].
Plaza central de Huarochirí con el fondo del Centro Educativo 443 |
Plaza Central de Huarochirí |
A pesar de toda esta riqueza cultural, en la que
también cabe destacar las festividades, productos agrícolas, organización
comunal, etc. aún en la capital se desconoce la importancia de ciudades con las
cuales compartimos no solo una historia, sino un espacio geográfico y que
representan nuestro enlace con el mundo andino, aquel mundo andino que se
enclava en la costa gracias a las migraciones, y a las manifestaciones
culturales que se han insertado en nuestra ciudad. Una muestra de ello son los
resultados de la pregunta de Autoidentificación Étnica del Censo del Instituto
Nacional de Estadística del año 2017, la cual arrojó importantes resultados con
relación al departamento de Lima en el que se encuentra el mayor porcentaje de
personas que se autoidentifican como indígenas u originarias de los Andes (23,1%).
Este pequeño resumen, gracias al Apu Pariacaca que ha
estado en las noticias en los últimos días, tiene la intención de reconocer que
somos también una Lima serrana, nos debe interesar la historia de lugares como Huarochirí, conocer su cultura, la cual compartimos, pero también identificar la problemática que aún sufren muchas ciudades que se
encuentran en nuestra región, falta de caminos seguros, asfaltado, dificultades de acceso, comunicación, etc. Huarochirí aún conserva unos paisajes hermosos, es un pequeño y apasible pueblo con mucho potencial, pero que lamentablemene aún se encuentra aislado de la gran ciudad.
Paisaje de Huarochirí-Camino Inca |
Quizás si empezáramos a leer el Manuscrito desde pequeños,
nuestros niños, a pesar de estar cerca al mar, se sentirían identificados con
un espacio que habitan como un todo, unidos por los cerros que nos llevan al
Pariacaca que nos observa imponente desde las alturas de nuestra Lima. Que el
Bicentenario nos encuentre conociéndonos y reconociéndonos, en nuestra lejanía
cercana[8].
[1] Todas las fotografías del
presente texto son parte de mi archivo personal.
[2] https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/manuscrito-huarochiri-luis-millones-269985
[3] En esta página se puede ver
el programa completo: http://files.pucp.edu.pe/facultad/llcchh/wp-content/uploads/files/2013/08/Simposio-internacional.pdf
[4] Sería importantísimo que el
documento final pueda ser publicado, pues constituye una muestra no solo de la
importancia y riqueza de la zona, sino de una forma de trabajo participativo
desde su concepción hasta la culminación del mismo.
[5] Para mayores referencias sobre
Pariacaca, visitar el blog de Roberto Bustamante, aka El Morsa: https://medium.com/@elmorsa/lecturas-sobre-el-pariacaca-52e919c25c4d
[6]https://www.academia.edu/37569223/La_recuperaci%C3%B3n_participativa_de_la_historia_y_la_memoria_para_el_uso_social_del_patrimonio_huarochirano_El_caso_del_ex_Centro_Educativo_N_443._Revista_DEVENIR_N%C3%BAmero_6._Revista_de_Patrimonio_Edificado_de_la_Facultad_de_Arquitectura_Urbanismo_y_Artes_de_la_Universidad_Nacional_de_Ingenier%C3%ADa
[7]https://www.academia.edu/37569223/La_recuperaci%C3%B3n_participativa_de_la_historia_y_la_memoria_para_el_uso_social_del_patrimonio_huarochirano_El_caso_del_ex_Centro_Educativo_N_443._Revista_DEVENIR_N%C3%BAmero_6._Revista_de_Patrimonio_Edificado_de_la_Facultad_de_Arquitectura_Urbanismo_y_Artes_de_la_Universidad_Nacional_de_Ingenier%C3%ADa
[8] Algunos vídeos sobre
Pariacaca: Reportaje al Perú https://www.youtube.com/watch?v=kTcxTMKwvl8
Presentación
de la Historieta sobre Dioses y Hombres de Huarochirí-Miguel Dett: https://www.youtube.com/watch?v=ZKdUp7u9XD0