miércoles, 14 de mayo de 2014

Ancón, Ancón ¿Balneario hermoso?



¿Cómo fue ayer aquí? 
Sólo hemos alcanzado estos restos, 
el vaso que ilumina con su lejano y obstinado silencio, 
el pájaro herido en el esmalte al alcanzar el fruto.

Llegamos con la puntual indiferencia del nuevo día, 
saltando sobre la desgracia con precisión de atletas. 
Hemos dormido bajo las estrellas, 
hemos perdido el tiempo.

Paracas, Ancón, Chavín de Huantar. 
Éstas son las palabras del canto.

Blanca Varela-Palabras para un Canto (Canto Villano)



Bahía de Ancón



Las vacaciones inolvidables y sin preocupaciones, donde solo estaba la playa, las bicicletas, los patines, el malecón, las anconetas, los helados en el D´onofrio, las visitas al muelle, las tardes con los amigos y amigas, miles de anécdotas en ese pequeño paraíso que fue para mí Ancón durante varios veranos. He regresado esporádicamente en estancias de pocos días o visitas de un día, a pesar que ya no es el lugar de mis recuerdos, a pesar que es cada vez más difícil salir de la ciudad para llegar a esta bahía del norte de Lima sin algún incidente de tránsito. 

Desde antes y después de su creación como distrito en el año 1874, Ancón tiene mucha historia que data desde la época prehispánica con restos importantes de las culturas Chavín, Wari y Chancay, pasando por la Colonia donde se configura como una caleta de pescadores, para luego durante la emancipación e inicios de la República ser el lugar donde desembarca Don José de San Martín para hacer frente al Virrey La Serna y es el lugar donde se firma el Tratado de Ancón. Ya en el época contemporánea, durante los años 60 y 70 se constituye como el balneario de referencia de la clase alta limeña. El crecimiento del balneario comienza con la construcción de altos y modernos edificios y otro tipo de construcciones modernas que acompañaban a las casonas republicanas tanto en el malecón como en las calles principales como Balta, Abtao y Dos de Mayo.
Casona frente al malecón Ferreyros y la calle Dos de Mayo

A finales de la década de los años setenta y a lo largo de los ochenta comienza el crecimiento acelerado del distrito con la instalación de diversos asentamientos humanos alrededor del balneario, el distrito de Ancón tiene 298.64 kilómetros cuadrados y es después de Carabayllo el distrito más grande de Lima Metropolitana, sus límites llegan incluso hasta la sierra de la provincia de Canta (limita al noreste con el distrito de Huamantanga). Así en la actualidad cuenta con 31, 000 habitantes.





Momentos importantes en los últimos años han sido, por un lado el intentos de construcción de un mega puerto promovido por la empresa Santa Sofía Puertos del Grupo Romero que buscaba captar el 30% de la carga del puerto del Callao, proyecto que ocasionó la protesta de los anconeros y diversos ciudadanos , debido a que consideraban que dicho proyecto pondría en riesgo el medio ambiente ya afectaría la pesca artesanal.


Así el Congreso de la República en julio del año 2011 mediante la Ley Nº19767 declara la Intangibilidad de la Bahía de Ancón, cortando con esto la posibilidad (por lo menos legal) de la construcción del mega puerto. En el año 2010 se declara mediante el Decreto Supremo N° 013-2010-MINAM de interés nacional la creación y desarrollo Proyecto Especial Parque Ecológico Antonio Raimondi, que también se incluye dentro del área de intangibilidad declarada por la Ley señalada.










Por otro lado, en el año 2013 se anuncia la construcción del proyecto de vivienda “Ciudad la Alameda de Ancón” cuya construcción se inició en febrero del 2014 y buscará dar vivienda a cerca de 60, 000 personas en las 11, 000 viviendas que se han empezado a construir.



En medio de todo ese boom poblacional hay algo que ha cambiado y no para bien, esto es la situación de las hermosas casonas republicanas que se encuentran dentro del balneario.


Casona esquina calle Abtao

En abril de 1989 mediante Resolución Jefatural Nº009-89-INC/J la Zona Monumental de Ancón fue declarada como Patrimonio Cultural de la Nación, esta zona monumental comprende el área dentro del perímetro formado por la ribera del mar, calle Ancón, los límites exteriores de la antigua Estación de Ferrocarril, la línea imaginaria que comprende la prolongación de las calles Cajamarca, Abtao y Balta, calle Almirante Grau hasta la ribera del mar. A pesar de dicha declaración las casonas y toda la zona monumental, a excepción de algunas casonas que aún son mantenidas por sus propietarios, viene sufriendo una degradación continúa por el paso del tiempo y por el descuido de sus estructuras.


Casona calle Balta 



En el ámbito arqueológico, los sitios que han sido declarados como patrimonio cultural son El Tanque mediante Resolución Directoral Nacional Nº 22/INC-2001, Fortaleza Cerro San Pedro Resolución Directoral Nacional Nº 233/INC-2002 y las Necropólis de Ancón Resolución Directoral Nacional Nº 1225/INC-2001, esta última zona ha sufrido invasiones durante el año 2013.

Creo que el balneario de Ancón y el distrito en general podrían ser un ejemplo micro del cambio del uso del espacio y territorio y el crecimiento acelerado (desordenado) de la ciudad, en medio de un rico pasado prehispánico, colonial, republicano y contemporáneo. El Museo de Ancón es un lugar muy interesante que visitar, puesto que contiene una muestra importantísima de vestigios encontrados en las excavaciones arqueológicas realizadas en la zona, además de brindar información sobre la importancia del puerto desde la época prehispánica. Señala la página del museo: “Ancón se configura como una de las pocas zonas en el área andina que ostentan una contínua y compleja ocupación cultural a lo largo de todos los periodos reconocidos para el esquema cronológico de los Andes Centrales. Su historia comprende, por tanto, desde las tempranas ocupaciones Líticas hasta las complejas manifestaciones del Horizonte Tardío, sin dejar de lado su historia colonial y republicana.”



Había señalado en otros textos que el patrimonio cultural arqueológico se encuentra interconectado con otro tipo de bienes culturales, como los bienes arquitectónicos de las épocas colonial y republicana, que es necesaria una visión integral e integrada del patrimonio cultural en determinados espacios geográficos. Así, mirar a Ancón es mirarlo desde sus diversos referentes patrimoniales y tratar de articularlos para que puedan ser estudiados, conservados, conocidos y preservados. Bien hace el Museo por ejemplo de considerar en la historia de Ancón un mapa interactivo donde se reconocen las casonas que tienen importancia para la historia del Perú en general, como el lugar donde se firmó el Tratado de Ancón en el año 1883.
El año pasado, en un domingo de verano visité Ancón, no con la intención de tenderme al sol, sino simplemente de pasear y comer un cebiche anconero. Sabía por experiencia propia, que los domingos de verano en Ancón atraían a mucha gente, incluso no salíamos en bicicleta por el malecón para evitar accidentes.


Plaza central de Ancón



Ese domingo luego de muchos años no fue la excepción, había movimiento, pero fue diferente puesto que había casi el doble o triple de gente que yo recordaba, muchas anconetas, el malecón reventaba, y sin saberlo mi hermana y yo en busca del paseo del recuerdo decidimos tomar una anconeta que nos llevara a Playa Hermosa. Fue un terrible error la anconeta, también ha sufrido la transformación, ahora también existen “anconetas asesinas”. Fue un paseo estresante, le reclamé a la persona que nos llevaba que bajara la velocidad, que no diera esas curvas (casi como en la ciudad!!). Llegamos al destino final con ganas de volver caminando por el miedo de subirnos nuevamente y terminar en el malecón aplastadas. A pesar de ello, quiero pensar que la anconeta no ha muerto!

El paisaje era de una combinación especial, la hermosa bahía de Ancón rodeada de playas en las que no se podía ver la arena y donde un techo de sombrillas casi unas sobre otras cubría a los bañistas. La playa de San Francisco, la siguiente a Playa Hermosa, era de fácil acceso a través de un camino de concreto construido para tal fin, mucho tiempo atrás llegar a esa playa era una aventura, había que caminar, subir y bajar el cerro y por fin poder disfrutar de una playa solitaria, de aguas transparentes.

Las sombrillas son para el verano. Playa Hermosa-Ancón 2013.



Imagino que el distrito al haber crecido tanto, tiene una problemática social compleja, la cual solo conozco de referencia, por ello en este post me refiero básicamente a la situación del balneario. Creo, que el uso del espacio público, la playa, los parques, es un tema que también debe preocupar a las autoridades frente al crecimiento poblacional del distrito y ante el anuncio de la construcción de las viviendas señaladas en un párrafo anterior. No solo los mega puertos o construcciones ponen en peligro el medio ambiente la bahía de Ancón, sino también la falta de servicios para los veraneantes y el uso y abuso de una playa que parece colapsar; no sé cómo estará la playa de Las Conchitas, pero ella sería una buena opción, si se le dota de buenos servicios (baños, cambiadores, papeleras, etc.) para poder liberar un poco de la actividad en las playas del centro del balneario.


Casona en la calle Balta

En medio de todo ese crecimiento urbanístico el patrimonio cultural de Ancón, principalmente el monumental, se viene degradando poco a poco, quizás muchos de los veraneantes que llegan toalla en mano desconocen de la importancia de esta hermosa bahía, quizás sea momento que el crecimiento del distrito implique también un crecimiento social y cultural, que Ancón se convierta en lugar no solo para disfrutar, sino también para conocer y proteger, porque Ancón merece ser otra vez un balneario hermoso. Ojalá no lleguemos, como dice el poema de Blanca Varela, con la puntual indiferencia del nuevo día.







PD: Este post está dedicado a Juana La Rosa, mi abuela anconera de corazón, quien desde pequeña amó ese lugar y nos transmitió ese cariño a la pequeña bahía en medio de arenales. A Bartolo León y su esposa Julita Chau, quienes nos recibían con cariño y alegría en su casa anconera; ellos, gracias a esos días inolvidables de verano se volvieron parte de nuestra familia. 

PD: Gracias a Rosa Luz Arista Zerga, pues varios de los datos sobre el distrito han sido extraídos de un texto académico elaborado por ella. Si quieren ver imágenes de Ancón, un excelente capítulo del programa "A la vuelta de la esquina" 


miércoles, 2 de abril de 2014

Amar, procrastinar, escribir: o de las miles de formas de hacer una tesis

¿Y cómo lo hacen? Yo no sé, ¿Cuál es el negocio? Sepa usted.
Frankie Ruiz.

La gran pregunta que asalta cuando se toma la decisión de hacer una tesis, es ¿cómo se hace? Hay cursos, seminarios, libros, lecturas de cómo hacer una tesis, teniendo a “Cómo se hace una tesis” de Umberto Eco como el clásico de clásicos, a la hora de encontrar la respuesta ante semejante, e incierta, pregunta. Creo que luego de estos años de haber pasado por la licenciatura, el máster y el doctorado, tengo mi respuesta, no hay UNA forma de hacer una tesis, por eso la cita a la canción del gran Frankie Ruiz.
Los libros, seminarios, lecturas, etc. lo que hacen es darnos las herramientas metodológicas para que la investigación vaya por buen camino, para enseñarnos (o recordarnos) como fichar, resumir, organizar la información, analizar. Además, tenemos nuestros tutores o tutoras, o amigas/os que conocen de nuestro tema que en muchos de los casos nos ayudan a centrarnos, a regresar al camino que a veces dejamos, que nos dan ánimos, que creen en nuestro trabajo, con los cuales además intercambiamos ideas, que alimenta la investigación, pero de su rol y de las cuestiones científicas no hablaré en este post. 
Quiero compartir mi experiencia en la travesía de la tesis que es mucho más compleja, ya que la mayoría del tiempo en ella estamos solos: nosotros, nuestros temas, miedos y angustias. Por ello, en este post quiero compartir mi experiencia a la hora de hacer una tesis, con lo que busco demostrar que las tesis se asumen de diferentes formas y en diferentes circunstancias.
Por ejemplo, el tema de trabajar y hacer la tesis, se me hizo cercano solo con la tesis de máster en la que sacaba tiempo para avanzarla, tiempo que compartía espacio con otros proyectos y trabajos; en esta experiencia tuve la suerte de contar con apoyo económico de otras instituciones que financiaron parte del trabajo de campo (gracias SEPIA) lo cual fue de gran ayuda para tener medios de realizar la recolección de información.
Mi tesis de Licenciatura fue financiada por la beca “familia". Para ser abogado hay dos opciones, presentar dos expedientes ante un jurado o hacer una tesis y presentarla ante el jurado; yo tenía claro lo que quería, hacer la tesis, mi familia me apoyó en esta locura que implicaba no solo un camino más largo sino que también implicaba que no buscaría trabajo remunerado (porque ojo hacer una tesis es UN TRABAJO) hasta que no acabara con mi tesis y mi titulación; así todos se involucraron y por ello esa tesis esta dedicada a ellos. Busqué apoyo en mi universidad, pero el cansancio ante la burocracia no permitió que lo obtuviera, espero realmente que haya cambiado. Pero lo que sí obtuve de la universidad fue acceso a la hemeroteca y la biblioteca de la Facultad de Derecho, es decir podía acceder al área donde estaban los libros y leer e investigar dentro, ahorrándome así el tiempo que se demoraban en darme los libros cuando los solicitaba. Fue de lo mejor que me pudo pasar, a pesar que el material era muchas veces muy antiguo, estar en contacto directo con los libros y revistas me inspiraba, me hacía sentir que avanzaba más rápido y estaba en contacto directo con lo que quería y cuándo quería.
Para la tesis doctoral tuve apoyo económico completo (gracias AECID) y por lo tanto  consideré su elaboración como un trabajo remunerado (con sus/mis propias reglas un poco confusas, pero que son parte de la experiencia), pero fue totalmente distinto, estaba en otro país, tenía mi propia casa y tenía que compartir la investigación con actividades domésticas que a veces se me iban de las manos, pero que me ayudaron muchas veces a relajarme y sentir que hacía algo “concreto”, (gracias marujeo).

Amar: o enamorarte del tema que elijas
A pesar de lo que he señalado, sí creo que hay una máxima, o por lo menos es la que yo considero mi propia ley, hay que “amar” el tema que uno elige. Amarlo para que el tedio que nos causará en determinado momento (el cual bordea el odio algunas veces), se convierta en la pasión extrema de poder quererlo nuevamente, comprenderlo, avanzar en la escritura, la creación y el descubrimiento de nuestras ideas.
Si uno no está enamorado de su tema, no se podrá resolver las clásicas preguntas acompañadas de la angustia del ¿por qué estoy haciendo esto? ¿Valdrá la pena? ¿Será novedoso? y ¿si no acabo? Puede que no sea un amor a primera vista, un flechazo que te haga decidir “este es”, porque uno puede irse enamorando en el camino, pero es necesario un acercamiento al tema para poder lidiar con todas las emociones que se mezclan al momento de hacer la tesis. En mi caso el tema de mi tesis de licenciatura fue el patrimonio cultural, y desde ahí he seguido con él, es una relación larga, llena de idas y venidas, pero sigo entusiasmada con él, porque he encontrado diversas formas de acercarme y tiene mucho que darme aún, está en los diversos espacios geográficos que me muevo y siempre es novedoso e interesante. No ha sido una relación fácil, lo he confrontado muchas veces, pero lo logramos, seguimos juntos.

Procrastinar: o de cómo internet ayuda o no.
Cuando decidí hacer mi tesis de licenciatura estaba en cuarto año de derecho, desde esa época recolectaba artículos de periódicos, revistas, etc. relacionados al tema del patrimonio cultural y el derecho. En el Perú, en esos años la producción académica en este tema era muy escasa, cuatro libros a lo mucho, pocos artículos de autores peruanos y la internet aún no estaba presente a gran escala. En esos años, finalizando la universidad y en el año y medio que le dediqué exclusivamente a la tesis, asistía a eventos diversos sobre patrimonio cultural, pero más vinculado al turismo, y aquí sucedió mi primera duda, ¿qué hago en estos eventos? ¿Me ayudan o no a la tesis? ¿Estoy perdiendo el tiempo? Lo consideraba un tipo de procrastinación, la cual fue útil a futuro, porque gracias a uno de esos eventos pude identificar mi tema de tesis en el máster. Al final, si bien no todo ayudará, se puede encontrar la utilidad de muchas cosas que en el momento parecieran que no tienen relación con lo que uno hace.
Pero creo que internet tiene un rol importante en lo que fueron las tesis de ayer y como se afrontan hoy. En la licenciatura no tenía conexión en casa y creo que esto marcó mucho el ritmo de trabajo. Mientras leía o escribía, y me asaltaba alguna duda, apuntaba en una libreta lo que tenía que buscar en internet. Así, religiosamente a las 12 del día me dirigía a la cabina de mi barrio a revisar mis correos, revisar mis notas y buscar lo que necesitaba, navegada dos horas más o menos, a veces menos, y no volvía a ver internet hasta el día siguiente. Regresaba a casa, almorzaba, descansaba un rato y continuaba mi trabajo por la tarde hasta las 6 de la tarde, a veces me sentaba pasadas las 8 de la noche a trabajar pero eso era muy raro, mi jornada tesística (cuando era buena) comenzaba a las 9 y terminaba a las 6 de la tarde.
Pero en la tesis doctoral el tener conexión todo el día, considero que fue una de las causas del cambio de ritmo, la gran cantidad de información que se podía obtener a veces abrumaba, además ante las dudas/curiosidad estas podían ser resueltas inmediatamente, sumergiéndome en la búsquedas y luego en viajes en los temas más diversos, series, noticias, recetas de comida, planificar viajes que tal vez no se realizarían, historias de desaparecidos o de cosas extrañas del comportamiento humano (Mariana E. sabe a lo que me refiero) y música y más música.
Creo que hasta cierto punto ese tipo de procrastinación es necesaria, te oxigena un poco en ese momento, pero el riesgo es el de no poder volver al tema o de retomarlo con fuerza. Pero a decir verdad, cuando el cerebro te induce a esa procrastinación, es porque no has sido capturado al 100% por la tesis, porque en ese momento en que la inspiración aparece es imposible que nada ni nadie te saque de ahí, ni las más imperiosas necesidades fisiológicas.
Muchas de las cosas que he escrito y tengo pendientes de escribir, o de las que quiero saber más, las descubrí en esos momentos de procastinación y son parte de este blog, por ello esas horas (o por lo menos muchas de ellas) no fueron en vano.

Escribir: o hacer cajas y moños, ordenar la información, limpiar o aprender a bailar
Esta es quizás la parte más difícil, un día ideal era despertarse por la mañana, sentarse en la computadora y que las letras, ideas, teorías, atingencias, ocurrencias, fluyan como el agua, que al medio día el marco teórico esté a punto de ser terminado, o que nuestro análisis tome forma, pero no, casi nunca resultaba así.
En mi primera experiencia tesística, y ante no tener internet para que me salve de las dudas o curiosidades que tenía, a parte de mi libreta “oficial”, apuntaba todo en notitas que estaban pegadas en mi pared, de pronto en la noche mientras dormía aparecía una duda, lapicero, post it y anotar. Si bien tenía un horario más marcado de trabajo, tuve muchos días, semanas sin escribir, sin una idea, acompañada de esa temida y odiada página en blanco, en la que solo aparecían preguntas del tipo ¿qué estoy haciendo? y replanteaba no mi tesis, sino mi vida en general, el tema había perdido su magia y aparecía la angustia (y a veces solo unos sonidos en la puerta de mi dormitorio/estudio, me sacaban de ese tunel, era Otto que entraba con sus pasos lentos y dudosos, y solo quería estar ahí conmigo, como presintiendo que estaba a punto de tirar el monitor por la ventana).
En ese trance, decidí dedicarme a ordenar mi bunker, papeles, libros, cambiar de sitio las cosas, etc., además desempolvé mis separatas y materiales de un cursito salvador que hice cuando estudiaba en la universidad, no, no era un curso de metodología, ni de técnicas de estudio, ni nada por el estilo, era un curso de cajas y moños, así me dediqué los días siguientes a hacer cajas de todos los tamaños, moños de cinta de agua de todos los colores, y veía satisfecha cosas “concretas”, es decir resultados tangibles de mi “trabajo”. Así pasaron aproximadamente dos semanas, de pronto estaba nuevamente sentada frente a mi computadora, los post its inundaron mis paredes y mis libros estaban regados por todos lados, había llegado el momento esperado.
En el caso de la tesis doctoral, fue más complicado, los horarios eran un sufrimiento, quise seguir mi experiencia inicial de trabajo casi de oficina, solo pude cumplirlo en el momento de la recolección bibliográfica en que estaba en la universidad por la mañana, o en la biblioteca, pero al momento de escribir fue casi imposible. El trabajo de campo era constante puesto que vivía en el lugar de estudio, para mí cualquier actividad diaria se convirtió en observación. Para escribir, pocos fueron los días que tuve la suerte que las musas de la inspiración me acompañaran desde temprano. A veces, cuando ya me daba por vencida cerca de las 6 de la tarde aparecían, impetuosas y me tenían hasta las 12 de la noche, sin dejarme conciliar el sueño hasta las 2 de la mañana, dando vueltas en la cama, pensando y ¿mañana cómo haré? ¿A qué hora me levantaré? ¡¡¡Si yo quería trabajar desde temprano!! 
Llegó un momento en que me rendí ante el aparente desorden, pero decidí que mientras estaba acompañada de la página en blanco, me dedicaría a organizar mi información, a hacer cosas concretas y mecánicas, como ordenar citas, elegir y organizar fotos que utilizaría, leer cosas de mi repertorio de procastinación y ordenar mi pequeña casita, además era el momento preciso para mudar mi bunker tesístico a otro espacio, la biblioteca del barrio o la sala de lectura del gimnasio, que tenía una vista hermosa del mar y del malecón de la Barceloneta, ahí me sentía acompañada con los señores del barrio, los que sin darse cuenta, al contarse entre ellos sus historias, me daban mayores elementos para mi trabajo, puesto que muchas de ellas tenían que ver con el pasado de la Barceloneta y de cómo estaba cambiando. 

Vista desde la sala de lectura del gimnasio de la Barceloneta

De pronto, sin darme cuenta, estaba nuevamente en mi escritorio, escribiendo en orden, fluidamente y contenta de terminar capítulos, subcapítulos. Otra vez, mi tema y yo unidos, bailando la misma canción.
Con esto lo que aprendí es que ante esos momentos tan desesperanzadores es bueno encontrar cosas prácticas que hacer, que nos otorguen resultados concretos, cajas, moños, álbum de fotos, información organizada, arreglar la casa, etc. , así sin que nos demos cuenta, estaremos acompañados nuevamente con ese sonido tan lindo que es el de apretar las teclas con rapidez furia y alegría!!!

Colofón
Finalmente creo que nadie sabe cómo hacer una tesis, pero que las experiencias compartidas alivianan el camino, tener amigos que estaban en el mismo momento que yo, me ayudó y mucho, a pesar que nuestros temas eran diversos, las sensaciones eran las mismas, por eso me he animado a escribir este post.  El apoyo de la familia, de los amigos, de la pareja es importante. Yo he tenido la suerte de tener ese apoyo siempre, primero mi familia, luego mis amigos y finalmente Rod que con su positivismo (y paciencia la verdad sea dicha) a prueba de balas hizo que la tesis doctoral fuera mucho más llevadera.
Ama lo que vas a investigar, para que cuando te canse el tema puedas encontrar formas de volver a él con mayor fuerza que antes. Procrastina con prudencia para que tu cerebro respire, para que la creatividad aflore, pero  no hay que sentirse culpable de hacerlo, porque en medio de todos esos temas puedes encontrar una nueva pasión. Para escribir busca la forma de inspirarte haciendo cosas prácticas, que te brinden la idea que puedes terminar algo, porque la tesis lo que tiene es que parece que nunca acabará; cajas, moños, faldas, pasteles, pinturas, etc. todo vale! Total como dice Frankie Ruíz: sepa usted!!
Solo como anécdota, cuando acabé la tesis doctoral, cuando puse el último punto (luego de realizar las correcciones y observaciones de mi tutora) y supe que había terminado pensé y ahora ¿qué hago? Es una sensación extraña, de alegría y tristeza. Ya había terminado pero no me levantaba del escritorio, ahora que lo pienso bien era un estado de shock, y empecé a ver vídeos de música, volví a ver a Madonna en el video de Celebration, y pensé “creo que solo quiero bailar como Madonna”…esa fue la canción que marcó el fin de mi tesis y la que siempre escucho cuando me quiero dar ánimos. Amar, procrastinar y escribir...celebration!!!



Este post está dedicado a Muriel que va camino a terminar lo que será la puerta para los nuevos sueños. Y a mi Neni que lucha día a día con la férrea opresión del Dr. Minsky, en medio de sus revistas de corte y confección, videos freaks y elípticas, en esta  etapa de la agonía final antes de alcanzar el paraíso. 

jueves, 20 de marzo de 2014

Patrimonio Cultural y Derecho: Tantas veces la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación

Tengo que confesar que creo poco en las leyes. Si son demasiado duras, se las transgrede con razón. Si son demasiado complicadas, el ingenio humano encuentra fácilmente el modo de deslizarse entre las mallas de esa red tan frágil
...Toda ley demasiado transgredida es mala; corresponde al legislador abrogarla o cambiarla, a fin de que el desprecio en que ha caído esa ordenanza insensata no se extienda a leyes más justas. Me proponía la prudente eliminación de las leyes superfluas y la firme promulgación de y la firme promulgación de un pequeño cuerpo de decisiones prudentes. Parecía llegado el momento de revaluar todas las antiguas prescripciones, en interés de la humanidad”.
Marguerite Yourcenar-Memorias de Adriano.


Nuestra historia reciente en materia de legislación sobre el patrimonio cultural, tiene como base a la Ley General de Amparo del Patrimonio Cultural de la Nación Nº 24047 de 1985 y a la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación Nº 28296 de 2004. La primera de ellas tuvo la oportunidad de ser una Ley innovadora, que tenía como marco la Constitución de 1979, la cual reconocía desde su preámbulo la importancia del patrimonio cultural, pero además brindaba un marco importante para la protección de los derechos culturales, cosa de la cual carece nuestra actual Constitución de 1993. Así la Ley 24047 estaba lejos de la Constitución, lejos de las innovaciones y avances que ya se daban en la época, a nivel no solo de la UNESCO sino de otros países como por ejemplo España (la Ley del Patrimonio Histórico Español es del mismo año). Por su parte la Ley Nº 28296 contiene algunos aspectos innovadores, pero mantiene de cierta manera el conservadurismo y las deficiencias de la legislación anterior.

La legislación del patrimonio cultural fue el tema de la investigación que  inicié cuando era estudiante, la cual luego de terminar la universidad y después de dos años de trabajo se convirtió en mi tesis de licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, desde ahí he venido publicando textos relacionados a este tema, el cual me sigue cautivando no solo desde el derecho y sino también desde la antropología.
Así, he analizado el artículo 21 de la Constitución en dos textos publicados por Gaceta Jurídica y el Congreso de la República,  en las dos ediciones de la Constitución Comentada, aquí el enlace de la primera edición: http://es.scribd.com/doc/31748768/Articulo-17-23; no he encontrado algún enlace de la segunda edición (felizmente, porque hace un tiempo me lleve una no grata sorpresa con ese texto, historia que será materia de “cuento” en otra oportunidad).

Pero quizás en el artículo “Apuntes sobre la tutela jurídica del Patrimonio Cultural en el Perú”, publicado en el año 2011 en la revista española “Patrimonio Cultural y Derecho” es donde resumo de mejor manera todo lo analizado en mis trabajos anteriores. El texto es grande y no lo puedo copiar íntegro en el blog, pero así si alguien tiene interés, queda también un pretexto para conocer esa importante revista, que desde 1997 otorga un espacio a los abogados que nos dedicamos al patrimonio cultural, no sólo para compartir nuestras experiencias, sino principalmente para conocer  los aportes que llegan de toda Iberoamérica, tanto en el aspecto doctrinario como jurisprudencial.  Aquí el enlace del número, que además permite ver los índices de las ediciones anteriores y posteriores:

Básicamente en el texto señalado comparo ambas legislaciones, reconociendo los puntos débiles y recomendando algunos cambios que deberían realizarse en la próxima Ley del patrimonio cultural.

Mencionaba en un post anterior sobre la importancia de contar con una política cultural que otorgue el marco apropiado para una nueva Ley del Patrimonio Cultural, y me reafirmo en lo dicho. Principalmente porque serán estos objetivos los que permitan reconocer qué se entiende por patrimonio cultural, qué y cómo se busca proteger, y principalmente para qué protegemos ciertos bienes culturales. No es que no se necesite una nueva Ley, pero creo que el gran problema de las legislaciones anteriores, es que no responden a una política cultural, lo cual no permite un avance constante en la protección del patrimonio cultural. Por lo tanto el debate debe empezar, como señalé en el post previo, por establecer los lineamientos de la política cultural en el país.

Igualmente, se necesita conocer que para elaborar una nueva Ley no es necesario únicamente revisar o cambiar la Ley 28296, hay una acentuada y constante dispersión normativa vinculada al patrimonio cultural.

Solo por poner un ejemplo, la utilización de los términos, no solo para las declaratorias como bienes integrantes del patrimonio cultural, sino también para la utilización por los gestores culturales, gobiernos locales, funcionarios públicos no vinculados al patrimonio cultural, etc. es variada, no se puede reconocer con claridad cuál es la diferencia (legislativamente hablando) entre por ejemplo un Área Histórica o Centro Histórico, porque esto no está en la Ley “general” del Patrimonio Cultural, como tampoco está en su Reglamento, sino que está en el Norma A. 140 Reglamento Nacional de Edificaciones. Como este ejemplo muchísimos.

Sigo sosteniendo como lo hacía en el texto de 2011, que a largo plazo, y más allá del tema de una nueva legislación, se hace necesaria la inclusión en la carrera de derecho de un curso sobre legislación del patrimonio cultural, que analice la doctrina del patrimonio cultural, que profundice sobre la jurisprudencia nacional e internacional, que analice las Convenciones de la UNESCO. Es hora que los nuevos (y viejos) abogados por lo menos tengan referencia de doctrina y legislación del patrimonio cultural cuando entren a trabajar en cualquier institución privada o estatal que no esté necesariamente vinculada al tema cultural, porque finalmente podrán “cruzarse” en cualquier momento con el patrimonio cultural, que abarca desde los clásicos derecho civil y derecho penal, pasando por el derecho tributario, minero, ambiental, constitucional, administrativo, procesal civil, etc. Hay algunos estudios en el Perú vinculados al patrimonio cultural y derecho, pero se hacen necesario un número aún mayor de investigaciones, teniendo en consideración que las actividades extractivas, el tráfico ilícito, el turismo, el crecimiento urbano, etc. implican puntos de quiebre para la protección del patrimonio cultural.

Ni el patrimonio cultural en el Perú es únicamente arqueológico, ni es campo únicamente de los arqueólogos, ni la Ley de patrimonio cultural es campo únicamente de los abogados. Se necesita un trabajo multidisciplinario, donde abogados, arqueólogos, economistas, antropólogos, ingenieros, paleontólogos, etc. se sienten a debatir propuestas de una Ley  acorde a la realidad, ya lo he dicho en algún texto, hay leyes perfectas jurídicamente hablando, pero que carecen de una aplicación efectiva en la realidad que pretenden regular.

Así, la nueva Ley de patrimonio cultural debe tener primero un marco, el de la política cultural del Perú, tener claro a dónde queremos ir como país en materia cultural; segundo no significa solo analizar la Ley señalada, significa conocer y analizar todo el marco normativo que está vinculado al patrimonio cultural, aquel que está disperso en diversas normas.

Ambos puntos solo tendrán sentido sí y solo sí, se reconoce el carácter dinámico del patrimonio cultural; de la confluencia de lo material y lo inmaterial en un solo objeto, de la indiscutible interconexión de lo material con lo inmaterial; de la importancia de la participación activa de la población/ciudadanía/ comunidades no solo en su defensa, sino en su concepción y promoción; de los retos que implica proteger bienes culturales en un país como el Perú, donde se tiene un vasto patrimonio cultural, pero escasos recursos y es tal vez en graduar la importancia de los bienes culturales y  promover  la descentralización donde se pueda encontrar alguna salida a este punto; encontrar vías innovadoras a la solución por ejemplo del gran problema del patrimonio arquitectónico, que tiene en el Centro de Lima un vivo ejemplo que  nos recuerda en el peligro constante en el que viven miles de personas y en el olvido en el que han caído esos bienes culturales.

Iniciaba este post con una cita de Marguerite Yourcenar, que es la que utilicé hace más de diez años en mi tesis de licenciatura, pero copio al final el fragmento completo del que forma parte esta cita, puesto que me parece de una lucidez increíble. A ver si nos inspiramos para encontrar el camino de una nueva, verdadera, Ley del patrimonio cultural en el Perú.

“Tengo que confesar que creo poco en las leyes. Si son demasiado duras, se las transgrede con razón. Si son demasiado complicadas, el ingenio humano encuentra fácilmente el modo de deslizarse entre las mallas de esa red tan frágil. El respeto a las leyes antiguas corresponde a lo que la piedad humana tiene de más hondo; también sirve de almohada a la inercia de los jueces. Las más remotas participan del salvajismo que se esforzaban por corregir; las más venerables siguen siendo un producto de la fuerza. La mayoría de nuestras leyes penales sólo alcanzan, por suerte quizá, a una mínima parte de los culpables; nuestras leyes civiles no serán nunca lo suficientemente flexibles para adaptarse a la inmensa y fluida variedad de los hechos. Cambian menos rápidamente que las costumbres; peligrosas cuando quedan a la zaga de éstas, lo son aún más cuando pretenden precederlas. Sin embargo, en esta aglomeración de innovaciones arriesgadas o de rutinas añejas, sobresalen aquí y allá, como sucede en la medicina, algunas fórmulas útiles. Los filósofos griegos nos han enseñado a conocer algo mejor la naturaleza humana; desde hace varias generaciones, nuestros mejores juristas trabajan en pro del sentido común. Yo mismo llevé a cabo algunas de esas reformas parciales, las únicas duraderas. Toda ley demasiado transgredida es mala; corresponde al legislador abrogaría o cambiarla, a fin de que el desprecio en que ha caído esa ordenanza insensata no se extienda a leyes más justas. Me proponía la prudente eliminación de las leyes superfluas y la firme promulgación de y la firme promulgación de un pequeño cuerpo de decisiones prudentes. Parecía llegado el momento de revaluar todas las antiguas prescripciones, en interés de la humanidad”.


jueves, 6 de marzo de 2014

The Monument Women: mujeres, guerra y patrimonio cultural

En el último post señalé que en el siguiente, o sea éste, hablaría sobre la legislación del patrimonio cultural en el Perú; pero en este espacio no hay brújula, ya regresaré a la Ley, pero por ahora me voy del tema, me voy a otras aguas.
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¿Qué (se supone) es lo último que preocupa durante una guerra? Si alrededor hay muerte, hambre y destrucción, quizás lo último en lo que se puede pensar es en cosas materiales, una casa, un edificio, una iglesia, pinturas, artefactos, mapas, libros, etc. serían aquellos objetos que dejan de tener importancia. Digo quizás, porque realmente hay casos en los que no ha sido así, y las guerras tiene unos matices desconocidos para los individuos que no las hemos vivido y solo las conocemos por los libros. 

Se sabe que las fuerzas en conflicto también consideran las obras de arte, objetos de valor, partes de edificios, esculturas, etc. como botines de guerra (como ya he señalado en un artículo sugerido en el primer post de este blog). Pero lo que llama la atención, o en todo caso a mí me llamó la atención, es cómo algunas personas anónimas, por decirlo de alguna manera, durante una época de conflicto se hayan embanderado como los protectores de obras de arte, edificios, colecciones, los que finalmente están a salvo para que nosotros podamos disfrutarlos y conocerlos en la actualidad.

La primera vez que tuve referencia sobre una persona (o grupo de personas) que habían protegido lo que se podría llamar ahora patrimonio cultural, fue en el Museo del Levantamiento de Varsovia, ubicado en Varsovia Polonia, un lugar por demás interesante que será motivo de otro tipo de análisis. En resumen se puede señalar que en este museo se detallan los sucesos de la lucha del pueblo polaco en el año 1944 para liberarse de la opresión nazi, es un homenaje a los insurgentes que ahora son los héroes de la resistencia polaca  llevada a cabo en esos años.

Hay varios paneles con fotos de diversas personas, en los que se señala de qué manera colaboraron en esta lucha; es aquí donde centro mi atención en una mujer Ewa Faryaszewska, pintora miembro del Warsaw Scout Regimen, quien durante la guerra actuó como correo de comunicación y durante el levantamiento de Varsovia se dedicó a proteger monumentos en el casco viejo de Varsovia, muchos de los cuales albergaban colecciones de museos, reliquias, etc. y también realizó una documentación fotográfica de los daños que habían ocasionado los ataques. La museografía utilizada, hace que te sientas en la época, y al ver la foto de Ewa me la imaginaba corriendo de un lado a otro, ocultando bienes en edificios que podrían ser blanco de bombardeo, muriendo al día siguiente de haber sido herida en el cumplimiento del deber “artístico”, es decir casi una heroína del arte. Eso es lo que tienen los buenos museos ayudan a la imaginación.

Ewa-Museo del Levantamiento de Varsovia



Fijé mi atención puesto que los bienes culturales en momentos de guerra sean objeto de protección me pareció interesante, porque siempre es lo último que se podría ocurrir. En algún momento lo enlazo con lo que sucedió en el Perú, tal vez este haya sido el inicio del trabajo que vengo desarrollando sobre memoria y patrimonio cultural, aunque algo de memoria y patrimonio desarrollo en mi tesis doctoral sobre la Barceloneta.

En esas búsquedas de referencias, y a lo que la procastinación tesística (que no es cualquier tipo de procastinación!!) te va llevando, me di con la historia de un grupo de hombres que habían protegido diversas obras de arte durante la Segunda Guerra Mundial. Existe actualmente una fundación que trata de visibilizar el trabajo que se realizó para proteger diversas obras del arte de diversos países como Francia, Italia, Bélgica, etc. además, la fundación sigue con el trabajo de investigación para recuperar aquellas obras de arte, documentos, etc. que aún están desaparecidos desde la guerra. Aquí está el enlace, con textos, vídeos al respecto:


Se ha estrenado recientemente la película The Monuments Men, dirigida por George Clooney, con actores como Matt Damon, Bill Murray, Cate Blanchett entre otros. Efectivamente, es la historia de este “batallón de artistas” y de cómo se recuperaron diversas obras de arte durante la Segunda Guerra.



No es una película increíble, es simpática gracias principalmente a los actores (varios críticos de cine le dan duro a Clooney), tiene su obvia dosis de “The USA saved the world´s art”; aunque la historia,  pudo ser contada y explotada de mejor manera,  da un panorama general de cómo estaba la situación del arte durante la época de la guerra, y de cómo estos elementos de arte eran botines de guerra, no solo por el valor económico que pudieran tener, sino que también eran una forma de apropiarse de “la vida” de la gente. Además hace un acercamiento a un hecho no tan conocido de la Segunda Guerra. En una de las escenas, cuando los personajes interpretados por Damon y Blanchett entran a una especie de almacén donde habían sillas, mesas, tazas, es decir lleno de enseres domésticos, éste pregunta ¿qué es esto? y ella le responde “people´s life”. Aquí el trailer de la película:


En realidad señalo lo de la película, porque me lleva al siguiente personaje que quiero rescatar en este post, es Rose Valland (interpretada por Blanchett y cuyo nombre en la película es Claire Simone), quién junto con Ewa es otra de las figuras femeninas que protegió obras de arte en época de guerra.

Rose Valland- (Robert Edsel blog)
Valland fue una historiadora francesa que trabajó en el Jeu de Paume Museum en Paris, donde recopilaba secretamente toda la información sobre el movimiento de las obras de arte robadas por los Nazis en Francia. En 1944, junto con otros artistas y estudiosos del arte, formó la Comisión de Recuperación del Arte. Gracias a los datos otorgados a los “comandos artísticos” se pudieron recuperar piezas valiosas, como por ejemplo aquellas encontradas en el castillo de Neuschwanstein en Alemania (para mayor referencia aquel en el que está inspirado el castillo de Walt Disney).
Escribió un libro titulado “Le front de l´art” que ha servido de inspiración para varias películas, entre ellas la que es parte de este post y otra del año 1964 titulada “The Train”. Su gran labor fue reconocida con diversas medallas tanto por el gobierno francés como el norteamericano. Más información sobre Rose Valland en el siguiente enlace:

http://www.rosevalland.com/index140129.htm

Ewa y Rose, a pesar de correr una suerte diversa cada una, tuvieron en común su amor y pasión por el arte, plasmado en un deseo de protección y recuperación de elementos que en una guerra se piensan pasan a ser superfluos.
De alguna manera, el objeto de este post es visibilizar la participación importante de estas mujeres en los hechos históricos señalados. Así queda, sin querer, un pequeño homenaje a las mujeres, a esas Monument Women a las que, también, debemos agradecer que podamos disfrutar de obras de arte que hubieran perecido. ¿Cuántas más habrán? queda claro que durante la guerra no todas las mujeres eran únicamente valientes enfermeras, espías o abnegadas amas de casa que tenían que mantener solas a sus familias, también habían mujeres artistas que dieron y arriesgaron su vida por el arte. En el día de la Mujer, para conmemorar acciones olvidadas o desconocidas y sin rosas de por medio.

miércoles, 26 de febrero de 2014

La política cultural: en la tierra del olvido


La política cultural: en la tierra del olvido


Pachacamac Lima: pasado y presente

La semana pasada se llevó a cabo en Leicester, ciudad ubicada en la zona de las East Midlands de Inglaterra, el festival Cultural Exchanges, organizado por The Monfort University una de las dos universidades que existe en la ciudad capital del condado de Leicestershire. Este festival incluía un programa variado, con conferencias, simposios, performances, talleres vinculados principalmente a lo que se podría llamar la innovación en áreas como la moda, la danza, la música, los medios de comunicación, en suma lo que se conoce como las industrias culturales. Una de las mesas que me llamó la atención fue la dedicada a “Europa como proyecto cultural”, expertos de Alemania, Holanda, Portugal y Reino Unido, analizaron cómo se encuentra la situación de la cultura en Europa, teniendo como punto de partida los diversos tratados que forman y dan forma a la Unión Europea, pero también una fecha el año 2008 como el inicio de la crisis económica que aún trae consecuencias a toda la región.
Una de las cosas interesantes que señalaron en el debate es que los gestores culturales deben encontrar nuevas vías para seguir con la creación y la innovación. Señalaba el especialista de Reino Unido que el sector cultural debe ser independiente, interdependiente, conocer a la audiencia (el público consumidor de cultura), terminar con el nicho del tema cultural y ser más internacional. Centraba su postura en que se debe reconocer los puntos coincidentes, culturalmente hablando, de todos los miembros de la Unión Europea, una cultura común que él señalaba tenía su sustento en lo clásico, el folklor y lo comercial; que hay en el trasfondo una historia compartida, que muchas veces no es reconocida.
En este punto queda ver al tema de la migración como una posibilidad de desarrollo y cooperación en el tema cultural, dejar de verlo como un problema, sino como una forma de integración cultural, puesto que la población llega con sus costumbres a cuestas, la que reproduce y produce en los espacios en los que se asienta, desde la lengua, la comida, las fiestas, etc. Leicester es la ciudad del Reino Unido que tiene el mayor número de migrantes de la India, además de otros países como Pakistán, Kenia, Polonia, etc., esta diversidad debe ser vista como una oportunidad para el despunte de la cultura, introduciendo la cooperación internacional, de los países que  de alguna manera desarrollan su cultura fuera de su territorio.


La situación en el Perú es distinta por diversas razones, lo señalado en los párrafos anteriores podría ser un marco para identificar qué está sucediendo con el tema cultural en nuestro país y de cómo se podría revertir la situación de olvido en el que el sector cultural está desde hace décadas (o quizás desde siempre).  En el mes de Agosto de 2013  publiqué en la revista Argumentos del Instituto de Estudios Peruanos, un texto sobre los Lineamientos de Política Cultural que se había presentando en el mes de enero de 2013[1].


Lo titulé en forma de pregunta porque estaba la duda de qué pasaría con ese documento y con el debate que debió haberse iniciado luego de su publicación. Pero no se continuó con la iniciativa que planteaban los Lineamientos y hasta ahora no se conoce la dirección por la cual el patrimonio cultural y las industrias culturales van caminando.
El debate debe incluir a todos los actores involucrados y a todas las ciencias, como señalaba en el artículo la diversidad (cultural, profesional) debe ser vista como una oportunidad y no un obstáculo. No se está partiendo de cero, hay iniciativas interesantes desde el Estado, desde organizaciones civiles[2] y desde lo privado, pero aún falta establecer un objetivo (u objetivos) comunes con relación a la cultura en general.
Por ejemplo, si en Europa buscan la cooperación entre países, en el Perú podemos buscar cooperación entre regiones, entre distritos. Resultaría interesante reuniones en cada región/distrito con las personas vinculadas/interesadas en  la cultura de su localidad, que finalicen con una propuesta para un debate a nivel nacional, con los representantes regionales, que expliquen sus problemas, pero que principalmente expongan sus propuestas, y que se llegue a conclusiones y decisiones concretas de colaboración interregional o interdistrital. 
Pero considero que se está pensado el tema al revés: se está debatiendo la posibilidad de una nueva Ley del Patrimonio Cultural sin conocer en profundidad la problemática de lo que se busca proteger, de esta manera no se podrá estar a la altura de todo lo que se necesita trabajar y resolver de manera real y efectiva,  tal como ha sucedido con la actual legislación y la anterior, una ley sin una política cultural clara. No es que no se necesite una nueva Ley, pero debe estar conducida por la brújula que marque el camino de la aplicación de los objetivos comunes que deben ser reconocidos previamente, esto es una política cultural que, entre los diversos puntos que abarque, promueva la protección del patrimonio y no se centre únicamente en restringir, que propicie la participación de la ciudadanía/población, que comprenda que los bienes culturales, arqueológicos, históricos, etc. están interconectados entre sí y con las comunidades urbanas y rurales que los circundan, con su vida y costumbres. Tal vez la lectura, debate y enriquecimiento sobre los Lineamientos presentados en el 2013, puedan ayudar a ir armando el camino.

Hacienda Huando: Huaral

Las evidencias demuestran que se hace necesaria una línea de trabajo y un proceso para elaborar una nueva Ley que sea efectiva para poder emprender nuevos retos. En el próximo post me centraré en la legislación del patrimonio cultural en el Perú, que no solo es la Ley General de Patrimonio Cultural, sino que también podemos encontrar en diversas normas y que en muchos casos es desconocida para los propios gestores, siendo este uno de los tantos  problemas que padece la protección del patrimonio cultural en nuestro país.





[1] Como respuesta al artículo publicado, Álvaro Higueras realizó un aporte que me parece interesante compartir:  http://arqueoandina.blogspot.co.uk/2013/08/comentario-la-entrega-de-adiana-arista.html

[2] Este blog brinda  aportes al tema del patrimonio cultural, además hace un recuento interesante del evento realizado en el Congreso de la República en febrero de este año relacionado con la nueva Ley de Patrimonio Cultural: http://limamilenaria.blogspot.co.uk/2014/02/somos-capaces-de-tomarnos-en-serio.html

lunes, 17 de febrero de 2014

Patrimonio Cultural-del horror-de la humanidad



Entrada al campo de concentración




Muchas de las definiciones del patrimonio cultural lo vinculan con la máxima expresión de la creatividad del ser humano, espacios/tradiciones que conmemoran grandes hechos de la historia de la humanidad, que resaltan valores que deben ser preservados, compartidos con las generaciones futuras. Suena a cliché pero esta es, a grandes rasgos, la forma en que el patrimonio cultural, o las manifestaciones culturales, tradiciones, monumentos, historias, etc. se convierten en referencia de la grandeza humana y por ello muchas de ellas pasan a tener, a través de un largo proceso en la UNESCO el estatus de Patrimonio de la Humanidad o como se denomina actualmente Patrimonio Mundial. 
Cuando escuchamos la palabra "Auschwitz" inmediatamente vienen a nosotros las imágenes sobrecogedoras de nuestros libros de historia, de los documentales y películas que hemos visto, por lo que a simple vista resulta incongruente que haya sido declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad. 




Auschwitz Birkenau Campo nazi alemán de concentración y exterminio (1940-1945) fue declarado por la UNESCO en el año 1979 como Patrimonio Cultural de la Humanidad. El criterio por el que fue declarado como tal fue el (vi) de las Directrices Prácticas de la aplicación de la Convención de París de 1972; este criterio señala que el elemento está directamente asociado con eventos o tradiciones actuales, ideas o creencias, con trabajos artísticos o literarios de valor universal excepcional. Pero las razones que sustenta la UNESCO para la declaratoria de Auschwitz, no se centra en el valor excepcional de los hechos ocurridos en el buen sentido del término, lo relaciona no solo como un lugar o la evidencia de uno de los mayores crímenes perpetrados contra la humanidad, sino también como un monumento que demuestra la fortaleza del espíritu humano, configurándose como un espacio para la memoria colectiva de ese capítulo oscuro para la historia de la humanidad.




Murallas eléctricas


El sol ante el horror





Aquí está la clave, el patrimonio cultural no solo es símbolo de la grandeza humana, no solo re/construye o fortalece identidades (aquí hay otro tema para analizar), no solo recuerda la historia de orgullo de países, sociedades o poblaciones, también es un elemento de recuerdo de etapas nefastas y horrores cometidos, en suma es un elemento vinculado a la memoria. Al respecto, la relación entre patrimonio cultural y memoria, publiqué el año pasado en la Revista Argumentos, parte de una investigación que vengo realizando y que también fue presentada en el Grupo Memoria del Instituto de Estudios Peruanos, aquí el enlace: 



Por ello no busco en este texto detenerme en el análisis de ambos temas, pero sí busco resaltar los diversos rostros que tienen el patrimonio cultural, las diversas formas que puede adoptar, la diversidad de lo que puede mostrar. 
Visité Auschwitz Birkenau durante el verano, el sol entraba por cada uno de los salones del museo, de las barracas, de los hornos, iluminando el horror que se presentaba en cada espacio, de verdad es indescriptible la sensación que uno tienen al recorrer cada milímetro de este museo del horror humano.
Solo para terminar, recordar que los judíos no fueron las únicas víctimas, hay otros colectivos que sufrieron las atrocidades del régimen nazi, entre ellos los gitanos que aún reclaman reconocimiento, asimismo los homosexuales y lesbianas fueron un colectivo marcado con el triángulo rosa. Acá dos enlaces interesantes, el tráiler de la película Bent que relata la historia de los homosexuales durante ésta etapa (como verán aparece Mick Jagger) y una entrevista del año 1982 al escritor italiano Primo Levi, que considero explica de una manera contundente como el recuerdo de recorrer espacios te calan hasta los sentidos (también el enlace del vídeo en italiano).





Ojalá tomemos caminos diferentes, que los espacios del horror sigan siendo recordados para no repetir historias, que no se creen/creemos más espacios de historias tristes y nefastas.

Bierkenau